La Cartuja de Escaladei se fundó en 1194 por un grupo de monjes cartujos que llegaron desde Provenza, convirtiéndose en la primera cartuja en la Península Ibérica. Este impresionante monasterio no solo es un hito arquitectónico, sino también un símbolo de la vida monástica en Cataluña. Al principio, los monjes se asentaron en el cercano pueblo de Poboleda, pero en 1203, el rey Pedro el Católico les cedió grandes tierras que hoy forman parte del Priorat. Así, los cartujos optaron por un lugar alejado al pie de la montaña de Montsant, donde se estableció la Cartuja de Escaladei. Aunque la construcción comenzó en 1204 y se extendió por más de dos décadas, los monjes ya estaban viviendo allí desde 1212.
Se cuenta que el rey Alfonso II de Aragón donó estas tierras a los monjes cartujos para construir el monasterio. Dicen que los monjes encontraron a un pastor que les contó un sueño curioso: veía ángeles subiendo al cielo por una escalera apoyada en un pino. Los monjes lo tomaron como una señal divina y decidieron levantar aquí la Cartuja de Escaladei, que significa «escalera hacia Dios». ¡Curioso, verdad?
Evolución de la Cartuja
Este monasterio ha sido un lugar dinámico, adaptándose a lo largo de seis siglos y reflejando diversas corrientes arquitectónicas, desde el austero románico hasta el exuberante barroco, pasando por el renacimiento clásico. En sus primeras instalaciones, ya se podía ver una separación clara: al norte, un gran claustro que albergaba las doce celdas, donde cada monje vivía en soledad; y al sur, las áreas comunes, como el refectorio y la cocina, organizadas alrededor de un pequeño claustro.
Con el tiempo, la comunidad, que comenzó con doce miembros, se duplicó en 1333, lo que llevó a la construcción de un nuevo claustro al sur y la ampliación de las áreas comunes. En 1403, se levantó un tercer claustro, ahora con seis celdas, frente a la iglesia. Desde finales del siglo XVI hasta mediados del XVIII, la Cartuja de Escaladei pasó por una gran expansión que resultó en la desaparición de los claustros medievales originales y en la creación de la cartuja tal como la conocemos hoy.
Casa Alta y Casa Baja: Estructura del Monasterio
La Cartuja de Escaladei estaba organizada en núcleos que se encontraban a cierta distancia entre sí. Por un lado, estaba la casa alta, donde vivían los monjes, y por otro, la casa baja, que incluía almacenes, bodegas y obradores. El actual pueblo de Escaladei se corresponde con la antigua venta de la cartuja.
Lo que hoy llamamos Cartuja de Escaladei se refiere en realidad solo a la casa alta, que se dividía en varios espacios según su función y el grado de aislamiento. Al principio, se accedía a los edificios exteriores sin restricciones, donde estaban el huerto, los almacenes y la Capilla del Santo Bru, además de la hospedería. La portería actuaba como un primer filtro, impidiendo la entrada a mujeres y visitantes no autorizados.
Más adentro, empezaba la zona de obediencia, que incluía oficinas, una farmacia y las áreas de los legos. Más allá, se encontraba la zona de clausura total, accesible únicamente para la comunidad, que albergaba los edificios comunes: refectorio, sala capitular, iglesia y sacristía, organizados alrededor del claustro menor. Todo el conjunto estaba rodeado por una muralla que garantizaba su aislamiento.
La Orden Cartujana y su Estilo de Vida
La orden cartujana surgió en el siglo XI como parte de un movimiento más amplio que buscaba simplificar la vida monástica. Lo que la hace única es su fusión del eremitismo, que se enfoca en la vida solitaria, y el cenobitismo, que promueve la vida en comunidad. De este modo, los cartujos viven como ermitaños en sus celdas, pero siempre dentro de un marco comunitario.
Su fundador, Bruno de Colonia, se retiró en 1084 junto a seis compañeros a una zona boscosa del macizo de Chartreuse, cerca de Grenoble. Allí, comenzaron a vivir en cabañas alrededor de una pequeña capilla. El movimiento creció rápidamente y para 1350 ya contaba con 107 monasterios. La Cartuja de Escaladei se fundó en 1194, convirtiéndose en el punto de partida de la orden en la Península Ibérica.
Monjes Pobres y Señores Feudales de Escaladei
La Cartuja de Escaladei se consolidó como uno de los monasterios más importantes de su tiempo, y sin duda el más rico en la provincia cartujana de Cataluña, que incluía territorios de Aragón, Cataluña, Valencia y las Baleares. Tenía un patrimonio vasto que abarcaba grandes terrenos, villas y propiedades rurales, además de una amplia red de censos y otros bienes. Los monjes recaudaban impuestos como el diezmo y gozaban de privilegios como el acceso preferencial al pescado del mercado de Tarragona.
Con el paso del tiempo, los derechos de Escaladei se expandieron hacia otros pueblos de la diócesis de Tarragona, así como en Barcelona, Lleida y Urgel. En esencia, la Cartuja de Escaladei funcionaba como un gran señor feudal, administrando y gestionando sus dominios con plena autoridad. Sin embargo, todas estas riquezas chocaban con uno de los principios fundamentales de la orden: la austeridad, reflejada en su voto de pobreza.
A mediados del siglo XIX, con la desamortización, el Estado confiscó el patrimonio de la Cartuja, que luego fue vendido y terminó en manos de particulares.
Edificios Externos y Portería de la Cartuja
Al atravesar la entrada principal, uno se encuentra con una amplia plaza donde se ubicaban las instalaciones públicas de la Cartuja de Escaladei, flanqueadas por los huertos. En primer plano, estaban los edificios de servicios, que incluían almacenes y viviendas para el personal.
La capilla de Sants Bru, común en todas las cartujas, estaba destinada a las misas públicas y formaba parte de un edificio mayor de dos plantas que servía de hospedería para familiares de los monjes y visitantes autorizados. Lamentablemente, hoy en día, muchos de estos edificios solo permanecen en la memoria.
El gran edificio de la portería, que databa del siglo XVII, también ha desaparecido casi por completo. Este lugar era el primer filtro que restringía el acceso a la comunidad cartujana. Más allá de este punto, solo los religiosos, empleados y visitantes autorizados podían entrar, y las mujeres no tenían permitido el acceso. La portería daba paso a una plaza conocida como del Ave María, que actualmente está rodeada de cipreses, pero en su tiempo estaba cerrada entre dos enormes muros que la separaban del mundo exterior.
Zona de Obediencia
Desde la portería, que son los arcos que se encuentran a nivel del suelo, hasta la fachada de la Virgen María, se conocía como la Plaza del Ave María. Hoy en día, como podemos ver en las imágenes, en lugar de los altos muros que la aislaban del exterior, hay hermosos cipreses a cada lado. Desde la fachada de la Virgen María se accedía a una serie de edificios de dos pisos que ya no se conservan. Aquí se encontraba la famosa farmacia de la Cartuja de Escaladei y, más arriba, el huerto donde se cultivaban plantas medicinales.
También había oficinas encargadas de gestionar el inmenso patrimonio de Escaladei, que se consideraba uno de los monasterios más adinerados de Cataluña. La Cartuja de Escaladei tenía dominio sobre gran parte de los pueblos cercanos, y el nombre de la comarca, el Priorat, recuerda esta dependencia.
El prior era el encargado de dirigir la vida y los bienes de la cartuja. Sus salas de recepción se ubicaban al final de las escaleras, frente a la iglesia. Él era la máxima autoridad tanto espiritual como temporal en el monasterio y tenía la responsabilidad de nombrar a otros cargos, ya fuera por acuerdo de los padres o, en casos excepcionales, por el Capítulo General de la Orden.
¿Sabías que la escultura de la Virgen en la fachada de la Cartuja, hecha por Antoni Naverós en 1599, fue restaurada y devuelta a su lugar original en 1995? Un toque de historia que volvió a brillar siglos después.
La Iglesia de Escaladei
La iglesia era el espacio destinado a la oración comunitaria, donde los monjes se reunían tres veces al día para la misa: a medianoche, a las 8 de la mañana y a primera hora de la tarde. En el resto del tiempo, las oraciones y plegarias se llevaban a cabo en soledad, en sus celdas.
La iglesia que podemos visitar hoy ha experimentado transformaciones profundas que han alterado su fisonomía original. Desde su diseño románico inicial, que contaba con una planta rectangular y una bóveda de piedra, se añadieron elementos barrocos que reflejan los nuevos gustos de la época.
Uno de los cambios más evidentes fue la construcción, alrededor de 1696, de la Capilla del Sagrario, que albergaba un tabernáculo monumental, aunque este fue devastado cuando se abandonó el monasterio en 1835. Solo quedan algunos cimientos y fragmentos de su estructura.
La nave estaba dividida en dos partes por un tabique que ya no existe, separando a los padres, que se situaban junto al altar, de los legos, que se sentaban al fondo, según la regla cartujana. En la actualidad, una gran apertura circular en el centro de la bóveda recuerda el antiguo cimborrio de la iglesia.
La Sacristía Nueva
La sacristía se sitúa cerca del presbiterio y está dedicada a guardar los ornamentos litúrgicos. También es el espacio donde los sacerdotes se preparan para los oficios. La sacristía actual esconde parte de los antiguos espacios de la cartuja medieval, ya que en este lugar existió una sala capitular que era más pequeña que la actual.
Durante el siglo XVIII, que fue el período de máximo esplendor de la Cartuja de Escaladei, la sacristía se amplió. En ese momento, también se incorporó una decoración barroca que incluía una fuente monumental con forma de cabeza de león y la tumba de Giusep Pi, un canónigo de la catedral de Lleida que fue benefactor del monasterio y falleció en 1743. Cuando la sala se transformó de sala capitular a sacristía, se creó un acceso directo a la iglesia, mientras que se selló la puerta que daba al claustro, que era de uso anterior.
El Refectorio
A pesar de que los cartujos suelen comer en solitario dentro de sus celdas, los domingos y en festividades especiales se reúnen en el refectorio para compartir la única comida en común, y todo en absoluto silencio. Esta sala estaba dividida en dos áreas por un tabique de aproximadamente dos metros de altura, adornado con pinturas.
El espacio más amplio era el comedor de los padres, donde aún se conserva el pavimento, un banco perimetral y el púlpito con su escalera interior. El otro lado era utilizado por los legos.
La dieta de los cartujos es bastante rigurosa y se basa principalmente en frutas, verduras, pan, vino, queso, y de vez en cuando, huevos y pescado. Sin embargo, nunca consumen carne, y cada viernes del año ayunan a pan y agua. Este estilo de vida austero está en línea con los principios de la orden, que prioriza la simplicidad y la renuncia a las comodidades materiales.
El Claustro Mayor de Escaladei
Los claustros cartujos, en su esencia, son corredores que dan acceso a las celdas y suelen estar cerrados con cristales, sin otras funciones específicas. En el caso de la Cartuja de Escaladei, el claustro original rodeaba las doce celdas de la primera época, pero con la gran ampliación del siglo XVII, este claustro y las celdas primitivas fueron destruidos y reemplazados por las estructuras que se mantienen hasta hoy.
En el cuadrante suroeste del patio central se utilizaba como cementerio para los monjes, que eran enterrados simplemente con una mortaja, sin ninguna identificación individual, como símbolo de humildad. Según la tradición, aquí descansa el padre Joan Fort, famoso por los milagros que se le atribuyen, incluso después de su muerte.
Las Celdas
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros. (Juan 15:16)
La celda es el espacio privado de los padres cartujos, donde pasan la mayor parte de su vida en total soledad y silencio, lejos del bullicio del mundo exterior. Solo se reúnen con otros monjes tres veces al día para participar en algunas celebraciones litúrgicas. Los domingos y festividades, comparten su única comida en el refectorio y los lunes disfrutan de un paseo juntos alrededor de la Cartuja.
La vida en la celda combina la penitencia, el ayuno, el estudio, la meditación y el trabajo manual. Las celdas que podemos ver hoy son una reconstrucción realizada en 1998, pensada para ofrecer una mejor comprensión del espacio en el que vivían los monjes. Estas celdas, austera y funcional, reflejan la dedicación y el compromiso de los cartujos con su vida de contemplación y retiro espiritual.
Reflexiones sobre la Cartuja de Escaladei
Cada rincón de la Cartuja de Escaladei cuenta una historia de fe, sacrificio y un estilo de vida que ha perdurado a lo largo de los siglos. Este monasterio no solo nos ofrece una mirada al pasado, sino que también nos invita a reflexionar sobre la búsqueda de lo trascendental en medio del caos del mundo moderno.
La Cartuja de Escaladei es un testimonio de la resiliencia de la comunidad cartujana y su compromiso con una vida de austeridad y devoción. Su legado continúa inspirando a quienes visitan este histórico lugar, donde la paz y la serenidad reinan, recordándonos la importancia de la introspección y la espiritualidad en nuestra vida diaria.
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Horarios de visita de la Cartuja de Escaladei
Si estás planeando una visita a la Cartuja de Escaladei, ten en cuenta que los horarios varían según la temporada. Además, recuerda que la taquilla y el acceso se cierran 30 minutos antes de la hora límite. Aquí te dejo los detalles por fechas:
Temporada | Horario |
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Del 16 de diciembre al 28 de febrero | 10:00 – 16:00 h |
Del 1 de marzo al 31 de mayo | 10:00 – 17:30 h |
Del 1 de junio al 30 de septiembre | 10:00 – 20:00 h |
Del 1 de octubre al 15 de diciembre | 10:00 – 17:30 h |
Contacto:
Teléfono: 977827006
Correo electrónico: escaladei.cultura@gencat.cat
Tarifas de Entrada a la Cartuja de Escaladei
- Entrada General: 5,00 €
- Para todos los visitantes adultos.
- Entrada Reducida: 3,00 €
- Mayores de 65 años.
- Pensionistas.
- Titulares del Carnet Jove.
- Estudiantes con carnet internacional.
- Titulares del carnet de familia numerosa o monoparental.
- Grupos no turísticos de 10 o más personas (con derecho a tarifa gratuita para algunos miembros).
- Miembros del Carnet Artesà.
- Miembros de la Associació Catalana de Crítics d’Art (ACCA).
- Miembros de CRAC (Conservadors-Restauradors Associats de Catalunya).
- Entrada Gratuita:
- Menores de 16 años.
- Personas desempleadas, con acreditación.
- Miembros del ICOM (International Council of Museums) o ICOMOS (International Council of Monuments).
- Miembros de la Associació de Museòlegs de Catalunya.
- Guías de turismo profesionales, acreditados.
- Profesorado acreditado por la dirección de su centro educativo.
- Profesionales de prensa, que hayan notificado previamente su visita.
- Personas con certificado de discapacidad (incluye acompañante).
- Familias de acogida, con acreditación.
- Grupos de estudiantes con reserva previa.
- Docentes del Consorci per a la Normalització Lingüística, debidamente acreditados.
- Entrada Gratuita Especial:
- El último martes de cada mes, entre el 1 de octubre y el 30 de junio.
- Descuento para Grupos Turísticos:
- Descuento del 25% para grupos que contraten la entrada a través de empresas de intermediación turística. El/la guía o acompañante del grupo está exento de pagar la entrada.
Cómo llegar a la Cartuja de Escaladei
Llegar a la Cartuja de Escaladei es muy sencillo, ya que está situada en un lugar privilegiado. Aquí te dejo algunas opciones para que puedas planificar tu visita:
Rutas de senderismo en la Cartuja de Escaladei
Si eres un amante de la naturaleza y el senderismo, la Cartuja de Escaladei te ofrece varias rutas que no te puedes perder. Estas rutas no solo te permitirán explorar el entorno natural, sino que también te brindarán vistas espectaculares del paisaje del Priorat y la historia del monasterio. Aquí te dejo algunas opciones:
Donde dormir y donde comer serca de la Cartuja de Escaladei
Cuando visitas la Cartuja de Escaladei, es importante tener un buen plan para descansar y disfrutar de la deliciosa gastronomía local. Te recomiendo que eches un vistazo a Turisme Priorat, donde encontrarás una variedad de opciones para hospedarte y restaurantes que te harán saborear la rica cultura de la región.
Información para personas con movilidad reducida
Si estás planeando una visita a la Cartuja de Escaladei, es importante tener en cuenta que, lamentablemente, el sitio no está adaptado para personas con movilidad reducida o en silla de ruedas. Debido a la estructura histórica del recinto y su entorno, el acceso a algunas áreas puede resultar complicado para quienes necesiten asistencia de movilidad.
Te recomendamos que planifiques tu visita con esta información en mente. Si tienes alguna duda o necesitas más detalles sobre las condiciones del lugar, puedes ponerte en contacto directamente con ellos para más información.